Reto 3 “Decálogo #INAPGobiernoAbierto”

Mi propuesta para incorporar al Decálogo de valores, acciones y hábitos de las y los empleadas públicas comprometidos con el gobierno abierto y que he incorporado a la herramienta PollUnit es la siguiente:

 

Establecer objetivos compatibles con los fundamentos del gobierno abierto

 

Mi propuesta de acción tiene que ver con algo que desde hace ya unos cuantos años se ha instalado en casi todas las administraciones y que no siempre ha provocado el resultado deseado: los objetivos.

 

En la Seguridad Social, por ejemplo, la organización establece unos objetivos concretos y marca unos indicadores para evaluar su nivel de cumplimiento. En función de ese nivel de cumplimiento de objetivos se establece una clasificación por provincias que da lugar a la percepción de un complemento de productividad cuya cuantía dependerá de la posición que ocupa cada provincia en esa clasificación.

 

Con frecuencia, esos objetivos no han tenido en cuenta el compromiso con el gobierno abierto y la transparencia (de hecho, pienso que deberían ser publicados en los portales de transparencia para que puedan ser consultados por la ciudadanía). Y no solo eso, sino que además han ido a menudo en detrimento de la buena gestión, al primar objetivos mensurables (duración del tiempo de espera en la atención o de gestión de expedientes; número de solicitudes resueltas, etc.) sobre los no mesurables (calidad en la atención prestada, complejidad de la solicitud atendida…).

 

En ocasiones el establecimiento de esos objetivos nos ha llevado a actuar como agentes comerciales en lugar de servidores públicos. Como cuando un objetivo loable -potenciar la administración electrónica- erigió una barrera entre la ciudadanía menos dotada en nuevas tecnologías y la Administración. Al establecer puntuaciones muy altas en función de los trámites realizados telemáticamente por el administrado se cayó en la tentación de ocultar al ciudadano la posibilidad de presentar su solicitud y obtener su resolución en papel para forzarle a dirigirse a la administración electrónica.

 

Así pues, mi propuesta es que se establezcan objetivos que tengan en cuenta el compromiso con la transparencia y el gobierno abierto, que sean publicados en los portales de transparencia y que se vigile que en el afán de cumplirlos no se vulneran otros derechos de la ciudadanía o criterios de buena gestión.

 

 

Ha habido muchas propuestas que me han gustado, generalmente las que iban en la línea de abordar los problemas que significa la brecha digital, como la de Francesc Artigues Ramis “Mantener un equilibrio entre lo telemático y lo presencial”,  o la de Jesús Burgueño “Volver a la atención PRESENCIAL”.  Y me ha parecido interesante la propuesta de Rebeca M.R. “La policía local, como nexo entre la administración y el vecino”. El nexo podría ser la policía local o cualquier pero resulta interesante el establecimiento de un servicio de apoyo y orientación que podamos encontrar tanto en grandes ciudades como en pueblos pequeños para que el ciudadano menos hábil en utilizar herramientas digitales pueda verse acompañado en el proceso.